
Si pensamos en deporte, pensamos en pasión, esfuerzo, superación y dedicación. Pero, si observamos con atención, también podemos ver algo más: publicidad. Desde logotipos en las camisetas hasta los anuncios en los estadios, las pausas publicitarias en los partidos y los “nombres de marca” que se repiten hasta quedarse en nuestra memoria.
La publicidad en el deporte no es solo parte del decorado; es uno de los motores que impulsa el deporte, lo transforma y lo condiciona.
Cuando la marca entra en juego
Los primeros patrocinios deportivos eran sencillos: una empresa ponía el dinero y a cambio su logo aparecía en algún lugar que fuese visible. Pero con el tiempo, la relación de la publicidad y el deporte se ha vuelto mucho más compleja. Hoy en día, los deportistas son embajadores de las marcas, los estadios llevan nombres comerciales y las campañas publicitarias se mezclan con los valores del deporte hasta el punto en en el que a veces ya no sabemos dónde empieza uno y termina el otro.

Un gran ejemplo de esto es la figura del deportista como influencer.
Más allá del lo que hace, su imagen personal, su estilo de vida, su actitud en redes sociales, todo esto se convierte en el parte del paquete publicitario. Marcas de ropa, bebidas energéticas, tecnología, coches o perfumes compiten por asociarse con las estrellas el momento porque saben que el público no solo las admiran por su talento, sino también todo lo que le rodea y les representa.
Deporte de élite, negocio de élite
No podemos negar que la publicidad ha sido una de las grandes responsables del crecimiento del deporte profesional. Gracias a la publicidad muchos equipos han podido financiarse, modernizar instalaciones y fichar grandes figuras.
Los grandes eventos como los Juegos Olímpicos, el mundial de fútbol o la NBA generan miles de millones de euros/dólares, y gran parte de este dinero proviene de acuerdos publicitarios.

Pero este crecimiento ha traído consecuencias. La lógica comercial se impone sobre la deportiva: horarios de partidos pensados para maximizar audiencias televisivas, torneos creados por el interés económico más que por el espíritu competitivo, y decisiones que parecen responder más a la conveniencia de los patrocinadores, que los valores del deporte.
La publicidad y los valores del deporte

El deporte, es un espacio de valores: esfuerzo, trabajo en equipo, respeto, juego, sacrificio y dedicación, pero, ¿qué pasa cuando los mensajes publicitarios que los rodean no siempre están alineados con esos valores?
Hay marcas que utilizan el deporte para vender productos que irónicamente van en contra de un estilo de vida saludable: bebidas azucaradas, comida rápida, apuestas deportivas… Es una contradicción evidente, ya que mientras se promueve la actividad física y la superación personal también se normaliza el consumo de productos que nos pueden afectar negativamente a la salud o fomentar hábitos problemáticos.
Y esto se vuelve aún más preocupante cuando hablamos de niños y jóvenes, ya que para mucho de ellos los deportistas son modelos a seguir. Lo que beben, lo que vistan, lo que usan… Todos se convierten en algo aspiracional. Por eso, la responsabilidad de las marcas y de los clubs deportivos es enorme. No todo vale por un contrato millonario.
En un entorno cada vez más competitivo, contar con una estrategia publicitaria sólida y creativa es esencial para destacar. En Mediaprogramas, somos expertos en llevar tu marca al siguiente nivel dentro del universo deportivo.
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